1 Samuel 12:24
Pero no dejes de temer al Señor y de servirle fielmente con todo tu corazón; considera las grandes cosas que ha hecho por ti.
Perspectivas de las Escrituras
La hermosa escritura de hoy es en realidad una admonición del profeta Samuel en un severo discurso a Israel. Los israelitas, que antes eran una nación gobernada por jueces, decidieron que querían un rey, como era costumbre en las naciones vecinas. A Samuel no le gustó: sólo Dios es Rey, advierte. Sin embargo, cuando lleva el asunto ante el Señor, Dios ordena a Samuel que dé al pueblo su camino. El efecto dominó resultante cambiaría el destino de Israel para siempre.
Samuel comprende bien que el pueblo ha elegido un camino menor. Sabe también que Dios es fiel y misericordioso y que no apartará su rostro de sus hijos. Las acciones tienen consecuencias, presagia. Sin embargo, prosigue, el temor del Señor es el principio de la sabiduría, y una persona sabia vive con un corazón agradecido.
Hoy no somos tan distintos. Aunque hemos tropezado muchas veces, nos asombra el temor del Señor y la demostración de su gracia continua para salvarnos y santificarnos en nuestros caminos de fe.
Reflexionemos sobre las palabras de este conmovedor espiritual afroamericano que resulta familiar a muchos todavía hoy:
¿Estabas allí cuando crucificaron a mi Señor?
¿Estabas allí cuando lo clavaron al madero?
¿Estabas allí cuando Dios lo resucitó de la tumba?
A veces me hace temblar, temblar, temblar. . .
Oración de hoy
Señor, que vivamos admirados de ti.
-Bonnie Perry
Editora General, Iglesia del Nazareno
Directora Editorial, The Foundry Publishing
