Proverbios 19:17
Quien es bondadoso con el pobre presta al Señor, y él le recompensará por lo que ha hecho.
Perspectivas de las Escrituras
Mientras estudiaba en el seminario, trabajé como banquero personal en un banco local. Siempre que alguien preguntaba por un préstamo, las preguntas más importantes eran si el prestatario tenía el crédito necesario y la capacidad de devolver el dinero.
El autor de Proverbios quiere que tomemos nota de que esto nunca es una pregunta cuando consideramos invertir nosotros mismos en la vida de los pobres. Cuando damos a otros y extendemos nuestra bondad a los necesitados, no estamos prestando a alguien de carácter dudoso o con una capacidad incierta de reembolso, sino a Aquel que tiene un crédito perfecto: el Señor de toda la creación, que siempre reembolsa con abundantes intereses. En esta transacción divina, podemos confiar en la integridad del prestatario. Nuestro Padre celestial nunca corre el riesgo de quebrar, y nuestras inversiones en el reino de Dios siempre están a salvo y seguras.
Nuestra recompensa no viene en forma de riquezas materiales, sino de amor, alegría, paz y un profundo sentido de propósito cuando nos unimos a Dios como socios para ver la nueva creación vivida aquí y ahora. Nuestra confianza en el carácter de Dios, en su compromiso con la justicia y en su fidelidad al recompensar nuestros actos de bondad debería animarnos a vivir con generosidad.
Cuando ofrezcas tu bondad y compasión a los demás, recuerda que estás participando en un intercambio con las mayores recompensas que superan con creces las riquezas terrenales.
Oración de hoy
Padre celestial, gracias por el privilegio de invertir en tu reino. Que nuestros actos de bondad sean multiplicados por tu Espíritu, y que confiemos en tu fidelidad para ver la nueva creación revelada a través de ellos.
-Dale Schaeffer
Superintendente de Distrito CotN, Florida
