Lunes, 1 de abril de 2024


Mateo 22:37-40

Jesús respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más grande de los mandamientos. Y el segundo es semejante: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'. Toda la Ley y los Profetas penden de estos dos mandamientos".

Perspectivas de las Escrituras

¿Y ahora qué? Con el estribillo del Domingo de Resurrección resonando en nuestros oídos -¡Haresucitado!¿Qué debemos hacer ahora? Dicho de otro modo, ¿cómo vamos a vivir a la luz de la tumba vacía? Afortunadamente, Jesús responde a nuestras preguntas en la Escritura de hoy.

Nuestra primera respuesta a la resurrección de Cristo es amar a Dios con todo lo que somos -corazón, alma y mente-, comprometiendo todo nuestro ser en el amor y la adoración a Dios. Pero ahí no acaba la cosa, porque Jesús también nos recordó que amáramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Este segundo mandamiento engloba todo lo demás que la ley y los profetas ordenaban a los que aman a Dios. Nuestra segunda respuesta apropiada a la tumba vacía es amar a nuestro prójimo, lo que también podría llamarse bendecir a nuestras comunidades. Este mandamiento nos llama a rezar por nuestros vecinos, a verlos como personas hechas a imagen de Dios (aunque aún no hayan entrado en relación con Cristo), y a amarlos incondicionalmente.

¿Y ahora qué? Estamos llamados a amar.

Oración de hoy

Dios amoroso, gracias por el don de tu Hijo, por su sacrificio y su resurrección. Hoy nos comprometemos a amarte. Por favor, ayúdanos a amar también a los demás para que nuestras comunidades sean bendecidas.

-Joel K. Pearsall
Presidente, Northwest Nazarene University (Idaho)


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